miércoles, 6 de octubre de 2010

Biotopo del Quetzal

Entrada al Biotopo del Quetzal


El Biotopo del Quetzal en Baja Verapaz


El Biotopo Mario Dary Rivera, más conocido como del quetzal, es un pequeño pulmón para Centroamérica, porque cada día la destrucción de la naturaleza que lo circunda reduce su aporte a la oxigenación del Istmo.
Llegar hasta él, es recorrer 165 kilómetros con paisajes diversos, empezando por sitios urbanizados, desérticos y soleados hasta llegar a la bruma que envuelve las 1,017 hectáreas que comprenden la extensión del parque. El costo del acceso es mínimo, Q5 para nacionales y Q20 para extranjeros.

Después de recibir las indicaciones del guardarecursos iniciamos el ascenso por el mayor de los dos senderos que recorren el biotopo, el de los Musgos, que es de casi dos horas.
Cuesta arriba
Lo primero que aparece ante nuestra vista es un pequeño vivero de orquídeas, que dan tan sólo una probadita de las 70 especies registradas en la región, prueba fehaciente de la belleza natural que Guatemala posee.

Ya en camino las variedades de plantas aparecen por doquier, de hecho el Biotopo cuenta con más de 50 especies de árboles, muchos de los cuales alcanzan hasta los 40 metros de altura, de ellos cabe mencionar el chipe o shut, en sus distintas variedades, negro, canche y blanco, eucalipto, caucho, ciprés y pino.
Tratamos de hablar mientras realizamos el recorrido, pues aunque es poco probable observar al quetzal, el solo hecho de estar en ese enorme jardín aumenta la esperanza de encontrarlo. Además, no es necesario pronunciar palabra alguna, a menos que sea de exclamación, puesto que la naturaleza que se observa en el recorrido capta toda la atención y por supuesto la película de la cámara.

La poca costumbre de realizar ejercicios nos obliga a parar cada cierto tiempo, ocasión perfecta para conocer algunos detalles importantes del Parque. Por ejemplo, que el agua de lluvia que nosotros conocemos como chipi chipi proviene del agua evaporada en el lago de Izabal, el Golfete y el golfo de Honduras. Mientras el guardarrecursos nos explica éste y otros detalles como la altitud, temperatura y nivel de humedad, los descansos colocados en los estratégicos miradores permiten recobrar la energía y respirar un aire puro y fresco.

En el trayecto además nos encontramos con un par de cascadas y arroyos y una que otra lagartija, que al fin de cuentas fue el único animal que pudimos observar en todo el recorrido, a pesar de que el Biotopo es el hábitat de diversas especies tales como pizotes, gatos de monte, cacomistles, monos aulladores y coches de monte, entre otros. La variedad de aves también es considerable, siendo la más importante el quetzal.

De hecho, este lugar fue originalmente dedicado como un santuario para esta ave, que cada día es más difícil de observar y que se encuentra ya en peligro de extinción. Así es que, pese a que escuchamos un sonido que parece ser el suyo, en ningún momento vislumbramos siquiera el plumaje de su cola, aunque sí tuvimos la oportunidad de conocer su alimento y por supuesto, disfrutar de este maravilloso bosque húmedo, en donde aún, y quién sabe por cuanto tiempo, la naturaleza es la reina de la escena.
Datos útiles
Para su comodidad en el Biotopo encontrará área para acampar y preparar alimentos, servicios sanitarios, agua pura, piscina, tienda y parqueo.

Frente al parque, del otro lado de la carretera, hay un restaurante en donde se encuentran platos típicos de la región.

Lo más recomendable es ir acompañado de un guía, ya que el parque no ofrece ese servicio. Sin embargo, siguiendo la ruta que marca el sendero se pueden realizar cualquiera de los dos recorridos sin ningún problema.

Vale la pena llevar también repelente para mosquitos, pantalón, botas y camisa de manga larga para evitar la picadura de cualquier insecto o serpiente.

No olvides otra mudada de ropa, por si llueve.

Es adecuado llevar largavistas y una grabadora manual para grabar el canto de las aves.
Nunca está de más tener suficiente película para la cámara, la cual debe protegerse en un estuche, porque las lluvias se dejan venir de repente.
El Biotopo fue creado en 1976 por iniciativa de Mario Dary Rivera, quien logró que la Corporación Municipal de Salamá donara las primeras seis caballerías en usufructo vitalicio a la Universidad de San Carlos. Se localiza entre los municipios de Purulhá y Salamá, del departamento de Baja Verapaz.
Biotopo del  Quetzal (Mario Dary)

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